En un comunicado conjunto, la FIFA y la UEFA dieron a conocer la decisión de suspender a todos los equipos de Rusia de todas las competencias, hasta nuevo aviso.
Polonia queda sin competidor
Con los playoffs de las eliminatorias de Europa para la Copa Mundial 2022 en puertas, Polonia quedará sin contrincante en esta fase de la competencia. La selección de Rusia y todos los equipos de fútbol de este país han sido suspendidos de la FIFA y la UEFA hasta nuevo aviso. Los 12, ahora 11 equipos, buscan un lugar en la Copa Mundial 2022 y solo hay tres espacios disponibles.
La suspensión incluye al equipo nacional femenino, que estaba contemplado que participaría en la Eurocopa Femenina 2022. Los equipos de clubes también han sido suspendidos de todas las competencias, el Spartak Moscú fue expulsado de la Europa League.
Expulsados de todas las competencias
En un principio, el comité de la FIFA había propuesto como medida inicial que los equipos rusos jugaran bajo otro nombre y en territorio neutral, sin embargo, la propuesta tuvo una fuerte oposición de Polonia. El Comité Olímpico Internacional intervino en las conversaciones este lunes con una resolución:
“La Junta Ejecutiva del COI recomienda que las Federaciones Deportivas Internacionales y los organizadores de eventos deportivos no inviten ni permitan la participación de atletas rusos y bielorrusos y oficiales en competiciones internacionales”.
Este fin de semana comienzan los Juegos Paralímpicos de Invierno en Beijing y «por razones organizativas o legales», Rusia y su aliado Bielorrusia no podrían ser excluidos del todo. Como condición para participar, no pueden mostrar banderas ni ningún símbolo que haga alusión a su nacionalidad y deben considerarse atletas o equipos neutrales. Aparte de las asociaciones deportivas ucranianas, la Asociación Olímpica Británica y el Comité Olímpico Nacional de Alemania también apoyaron la decisión de excluir a estos países. La organización alemana también propuso suspender a los funcionarios rusos y bielorrusos de sus cargos.
La UEFA, por su parte, trasladó la sede de la final de la Champions League desde San Petersburgo hacia París y rescindió el contrato con uno de los más grandes patrocinadores del campeonato, Gazprom. Esta empresa es en su mayoría propiedad del Estado Ruso.