Después de entrenar a la selección de Portugal durante ocho años, Fernando Santos ha decidido cambiar de aires y entrenar a la selección de Polonia para los próximos compromisos internacionales. El cambio generacional que se está viviendo en la selección lusa, junto con la voluntad del entrenador, han sido los principales desencadenantes de esta decisión.
Cristiano Ronaldo: ¿Culpable de la destitución del técnico?
El cambio generacional que se vive en la selección de Portugal pasa por uno de los mejores jugadores de su historia: Cristiano Ronaldo. El ex-jugador de Manchester United no habría disputado los minutos que lo hubiera gustado durante la pasada Copa del Mundo 2022 y su papel no fue tan determinante como Ronaldo esperaba.
No obstante, la relación entre entrenador y futbolísta siempre ha sido idónea, y este malestar del jugador se debe más a la ambición por querer ser importante en el equipo y desarrollar un buen papel, que a cuestiones personales con Fernando Santos.
Próximos compromisos de Polonia
Fernando Santos viajará a Polonia en Febrero para preparar los próximos compromisos de la selección. El debut oficial del portugués como nuevo entrenador será frente a la República Checa el 24 de Marzo, partido que cuenta para la clasificación para la Eurocopa 2024.
Este es el primer compromiso que tendrá Fernando Santos; estar en la Eurocopa 2024. Si bien la selección polaca tiene mucho margen de mejora, estar presente en la máxima competición europea a nivel internacional es un requisito que deberá cumplir el portugués.
El contrato del entrenador se extenderá hasta la Copa Mundial 2026, contando así con tiempo suficiente para sacar el máximo rendimiento de la plantilla.
¿Cómo es Fernando Santos?
Fernando Santos se caracteriza por ser un entrenador tranquilo, con una buena comunicación entre prensa y jugadores. Difiere de esta forma con su predecesor en el cargo, Czesław Michniewicz.
Respecto al juego, el estilo defensivo de Fernando Santos parece que encajará mejor en Polonia que en Portugal, ya que es una selección mucho más humilde de la que se prefiere que se saquen los resultados adelante, sin tener tanto en cuenta el juego del equipo.